La Copa Mundial de Clavados, que se celebrará en Guadalajara del 3 al 6 de abril, será histórica no solo por ser una competencia de alto nivel, sino también porque, por primera vez, los clavadistas mexicanos no podrán representar a su país con la bandera nacional en su uniforme. Esta situación se debe a un conflicto institucional relacionado con la Federación Mexicana de Natación (FMN), que ha afectado gravemente a los atletas nacionales.
El Comité Estabilizador de Natación, creado a inicios de 2022 como una respuesta a los problemas administrativos de la FMN, no ha podido ser reconocido por World Aquatics, el organismo internacional encargado de las competencias acuáticas. Esta falta de reconocimiento se debe a que el Comité no está registrado correctamente ante un notario público y, por lo tanto, no cumple con los requisitos para ser aceptado dentro del marco de la Ley Nacional del Deporte. Como consecuencia, los clavadistas mexicanos, como Gabriela Agúndez, Kevin Berlín, Juan Manuel Celaya, y muchos otros, participarán en la Copa Mundial como “Atletas Neutrales” y no podrán portar la bandera de México ni escuchar el Himno Nacional en caso de ganar medallas.
A pesar de que el Comité Estabilizador fue “actualizado” en 2023, con figuras como María José Alcalá, presidenta del Comité Olímpico Mexicano, al frente, la situación sigue sin resolverse a tiempo para este evento internacional. Las autoridades deportivas mexicanas habían prometido que todo estaría resuelto para la Copa Mundial, pero hasta la fecha no se ha logrado la concreción del reconocimiento oficial ni la creación de una nueva Federación Mexicana de Natación.
Este evento no solo marca un retroceso administrativo, sino que también pone en riesgo el futuro de los clavadistas mexicanos, que se encuentran en pleno ciclo olímpico hacia Los Ángeles 2028. En los últimos Juegos Olímpicos de París 2024, México consiguió dos medallas en clavados, un logro importante que refleja el nivel de los atletas, pero ahora, debido a la falta de estructura institucional, el camino hacia futuros éxitos olímpicos está marcado por la incertidumbre.
Así, mientras los clavadistas mexicanos continúan demostrando su talento en el agua, la falta de reconocimiento y apoyo institucional empaña su participación internacional y pone en peligro su posibilidad de competir bajo la bandera de su país.